Se trata de "Evil breed", un engendro de bajo, no perdón, de ínfimo presupuesto que constituyó el debut en el terror de Jenna Jameson, que por cierto, no es la única actriz porno supersiliconada que aparece. Una película en la que aparece también Richard Grieco, por si alguien lo recuerda, un aspirante a Luke Perry ochentero y que ha caído incluso más bajo que Perry. Supongo que cualquier día lo podríamos ver presentando un Call tv con fresita.

El caso es que tras leer la sinopsis de esta "cosa" no tuve más remedio que verla, y es que si me hablan de celtas, parejas "adolescentes" destripadas y sectas caníbales, ¿Cómo voy a resistirme?. El caso es que tras verla, decir de ella que es una puta mierda sería ser demasiado condescendiente. Realmente, lo único bueno (Digo bueno por decir algo) que tiene, es el minuto y medio escaso que aparece Jenna Jameson, que cuenta apenas con una linea de diálogo. Y digo que es bueno basicamente porque la destripan. Pero no en plan Scream, sino rollo gore serie Z, esto es, Jenna está desnuda, le clavan un cuchillo entre las tetas, la rajan de arriba abajo y le sacan las vísceras. De hecho, incluso le arrancan un implante de silicona que el canibal trata de comer y luego desecha (Supongo que para darle el toque de humor).

En definitiva, un guión tan lamentable que un guión más lamentable no puede ser pensado. Las muertes son totalmente ridículas, por ejemplo, a uno le clavan un cuchillo en el culo y le empiezan a sacar los intestinos mientras trata de escapar para finalmente acabar estrangulándolo con sus propias tripas. Pero todo en plan cutre, cutre, cutre y supongo que rodado en video, como una función de instituto.

Encima es que, joder, ni medir los tiempos saben, porque se pasan los primeros cincuenta minutos "presentando" a los personajes y esto es un decir, porque más bien es como si un tipo con problemas cerebrales tratara de plagiar diálogos de Scream. Y después, se cepillan en tres minutos a seis de los siete protagonistas, en plan "Vamos a quitárnoslos de delante que tenemos que acabar, porque mi madre no me deja grabar más en el jardín".

En definitiva, una película totalmente de serie Z, lo cual supongo que con el paso de los años la convertirá en una rareza encantadora que será programada en el ciclo "Peor imposible" de Gijón.