Hugo Chavez y los terremotos


Siempre he pensado que vivimos en un mundo absurdo y la realidad no hace más que ofrecerme una y otra vez pruebas de que estoy en lo cierto. La última, sin ir más lejos, nos la ha dejado Chavez, el aspirante a dictador comunista, que se ha descolgado con unas declaraciones en las que acusa a los Estados Unidos de haber provocado el terremoto de Haití con aviesas intenciones.

Es preocupante que un adulto crea que hay máquinas para crear terremotos controladas por malvados científicos al servicio de corporaciones en la sombra, todo ello en plan comic, a ser posible escrito por Brian Bendis o Geoff Johns y dibujado por Jim Lee o John Romita Jr. Pero lo que resulta realmente grave es que este individuo sea quien dirige un país entero.

Hay un mantra políticamente correcto que dice que todo el mundo es libre de creer en lo que quiera y que la esfera de la fe es un terreno estrictamente privado. Y es cierto, todo el mundo es libre de creer lo que quiera, el problema es que la fe pocas veces se mantiene en el terreno estrictamente privado. Ahí tenemos a mr Hugo que dirige su país hacia otra distopía mientras le grita al mundo que el doctor maligno le apunta con su rayo de la muerte.

A la hora de la verdad estamos siendo gobernados por individuos que más que en la razón, basan sus decisiones en una suerte de valores emanados de su fe. Y no debemos olvidar que todas y cada una de las creencias que existen están basadas en nada, son solo humo y espejos, no son más que un conjunto de mitos y supersticiones nacidas para controlar a la sociedad según las conveniencias de las élites.

Porque Hugo Chavez no es el único dirigente obsesionado con sus creencias, ahí tenemos a Hitler, un supersticioso que se dedicaba a coleccionar reliquias, como los reyes medievales. O a Ronald Reagan que al parecer consultaba con su astróloga todas sus decisiones. Y sin salir de casa, aquí tenemos a cientos de nuestros políticos captados por sectas del tipo Opus Dei. Solo hay que pararse a pensar un momento en ciertas propuestas que se suponen políticas, por ejemplo las manifestaciones contra la ley del matrimonio homosexual. Uno se pregunta en que basan su argumentación para estar en contra y se da cuenta de que se agarran a una supuesta “moral natural” amparada en la ley divina, lo que nos lleva a concluir que toman sus decisiones basándose en un libro que empezó a escribirse en la edad de bronce y que habla de extraterrestres zombies nacidos de vírgenes. Esto le debe hacer a uno replantearse no ya el peso de las argumentaciones de esta gente, sino su misma salud mental. Y así estamos, en un mundo avanzado científica y técnicamente y gobernados exactamente igual que lo hacían los líderes tribales de las religiones animistas miles de años atrás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de Chávez da para una serie de comic de varias temporadas, ah, como me divertiría, y que incluyeran sus viajes a ver a papá Fidel chocheando en su silla de ruedas, y al Rey con su "por qué no te callas" frase con la cual se ha ganado mi simpatía, no así la monarquía... en fin, que la política es el circo de todos los tiempos, y la masa es el público ese que va al rodaje de la serie y aplaude cuando sale el cartelito de: "Aplaudir"

Saludos, y te leo por twitter, "divo" (a ver si amplias tu followeo que es gratis...)

Anónimo dijo...

El problema en si no es la locura de este personaje, locos ha habido en todas las épocas; si no que va ha arrastrar que un país entero a la desgracia con todo lo que eso comporta para el pueblo que lamentablemente es el que acaba sufriendo los delirios de sus gobernantes mas demócratas a la postre secuestradores.
Mas que risa y entretenimiento da pena y preocupación.